Parece imposible que un restaurante bueno y con clase sea a la vez divertido y original. Y es que la mayoría de las veces cuando pensamos en un buen restaurante, al menos personalmente, me vienen a la mente salas tristes, frías y con poca iluminación. Hasta ahora. Y es que Barcelona tiene un restaurante de moda que rompe con todos los prototipos. ¿Su nombre? Kilo.
Situado en la calle Balmes cerca de Diagonal. Un look casual y acogedor con frases hechas divertidas, una variada carta y muy buen rollo de por medio.
Entre los platos estrella nos encontramos los raviolis de queso Camembert con aceite de trufa o sus huevos estrellados con jamón y patatas. Ideal para ir en pareja o con un grupo de amigos, este lugar es el favorito de la gente que vive a la última en la ciudad condal. Para los adictos al chocolate es recomendable pedir su coulant de Ferrero Rocher: el interior sorprende.
Y como ellos dicen: a comer, beber y bailar que el mundo se va a acabar.
Por último si os apetece llamar al 93 222 17 95 para reservas.
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